Teniendo en cuenta la evaluación, según la teoría de las inteligencias
múltiples de Howard Gardner, estoy de acuerdo y me identifico plenamente con
dicho resultado (inteligencia interpersonal, me caracterizo por estar juntos o
compartiendo alguna actividad con multitudes de personas, durante
más de 20 años labore en la Policía Nacional, donde estuve siempre rodeado de
grupos de personas, a quienes escuchaba sus opiniones y debatia con las mias en
los diversos proceso que se llevan a cabo en la institución, siempre estuve al
mando de personal dirigiendo al personal subalterno e interactuando con las
diversidad de la gente, todo basado en el respeto y la garantía de los derechos
humanos, con gran empatía y la capacidad de manejar las relaciones interpersonales,
como señala David Bohm:
“La empatía es el conjunto de capacidades que nos
permiten reconocer y entender las emociones de los demás, sus motivaciones y
las razones que explican su comportamiento.
La empatía supone que entramos en el mundo del
otro y vemos las cosas desde su punto de vista, sentimos sus sentimientos y
oímos lo que el otro oye. La capacidad de ponerse en el lugar del otro no
quiere decir que compartamos sus opiniones, ni que estemos de acuerdo con su
manera de interpretar la realidad. La empatía no supone tampoco simpatía. La
simpatía implica una valoración positiva del otro, mientras que la empatía no
presupone valoración alguna del otro.
La empatía tampoco se debe de confundir con la
bondad. Los buenos timadores se caracterizan por tener una empatía muy
desarrollada. La inteligencia interpersonal (al igual que todas las demás
inteligencias) es una capacidad que se puede usar para el bien o para el mal.
Para poder entender al otro, para poder entrar en
su mundo tenemos que aprender a ponernos en su lugar, aprender a pensar como
él. Por tanto la empatía si presupone una suspensión temporal de mi propio
mundo, de mi propia manera de ver las cosas.
Una de las habilidades básicas para entender al
otro es la de saber escuchar. La mayoría de nosotros, cuando hablamos con otros
le prestamos más atención a nuestras propias reacciones que a lo que nos dicen,
escuchamos pensando en lo que vamos a decir nosotros a continuación o pensando
en que tipo de experiencias propias podemos aportar.
Aprender a escuchar supone enfocar toda nuestra
atención hacia el otro, dejar de pensar en lo que queremos decir o en lo que
nosotros haríamos.
Cuando escuchamos con atención escuchamos con todo
el cuerpo. En los estudios realizados por Paul Eckman sobre comunicación se
demuestra claramente que la impresión que producimos en el otro depende mucho
más de cómo le decimos que de lo que decimos. Es decir la comunicación no -
verbal es más importante que la verbal.
Las personas con gran capacidad de empatía son
capaces de sincronizar su lenguaje no - verbal al de su interlocutor. No sólo
eso, también son capaces de 'leer' las indicaciones no - verbales que reciben
del otro con gran precisión. Los cambios en los tonos de voz, los gestos, los
movimientos que realizamos, proporcionan gran cantidad de información.
Esa información la procesa el hemisferio holístico
y por lo tanto es más difícil de explicar verbalmente. Sin embargo no tenemos
más que sentarnos en una cafetería y ponernos a observar a las personas a
nuestro alrededor para descubrir que nos es muy fácil notar quienes son amigos
y quienes no.
Las personas que están en sintonía demuestran esa
sintonía físicamente. Con frecuencia adoptan la misma postura, o se mueven a la
vez, o hacen los mismos gestos.
El impacto de los elementos no - verbales no se
debe a la casualidad. Nuestra manera de entender el mundo, nuestra manera de
pensar se refleja en todo nuestro cuerpo, no sólo en lo que decimos.
Cuando adaptamos nuestro lenguaje corporal,
nuestra voz, y nuestras palabras a las de nuestros interlocutores, nos es más
fácil entrar en su mundo, y cuando entendemos el mundo del otro podemos empezar
a explicarle el nuestro.
Cuando entendemos al otro, su manera de pensar,
sus motivaciones y sus sentimientos podemos elegir la manera más adecuada de
presentarle nuestro mensaje. La misma cosa se puede decir de muchas maneras.
Saber elegir la manera adecuada y el momento justo es la marca del gran
comunicador.
La capacidad de comunicarnos es la que nos permite
organizar grupos, negociar y establecer conexiones personales.
En su libro "Frogs into Princess"
Bandler y Grinder, creadores de la PNL, dicen que los 'magos' de la
comunicación se caracterizan por tres grandes pautas de comportamiento.
Primera, saben cuál es el objetivo que quieren
conseguir, la segunda, que son capaces de generar muchas respuestas posibles
hasta encontrar la más adecuada. Por último tienen la suficiente agudeza
sensorial para notar las reacciones del otro.
La capacidad de establecer objetivos es uno de los
requisitos de la inteligencia intrapersonal, la agudeza sensorial implica la
atención a los aspectos no - verbales de la comunicación.
La flexibilidad o capacidad de generar muchas
respuestas está relacionada con la capacidad de aprender a ver las cosas desde
muchos puntos de vista. Como dice uno de los principios básicos de la PNL
"si siempre haces lo mismo, siempre tendrás los mismos resultados" y,
lo que es lo mismo, si siempre analizas las cosas desde el mismo punto de vista,
siempre se te ocurrirán las mismas ideas.
La empatía y la capacidad de manejar las
relaciones interpersonales son cualidades imprescindibles en un aula, por eso
no es de extrañar que la enseñanza sea una de las profesiones donde la
inteligencia interpersonal se encuentre con más frecuencia”
http://www.galeon.com/aprenderaaprender/intemocional/intinterpersonal.htm.
Tomado el 110214 a las 22.00 horas en Bogotá.
Con el fin de cumplir con este trabajo se escogió la opción 1, que trata del maestro apático a las nuevas tecnologías para la educación, caso que no tiene relación alguna con mi "inteligencia interpersonal, que quiere decir, facilidad de acogerse al cambio a la innovación a la evolución social y tecnologica.